“Un estilo particular”
Por Jesús Antonio Dyke García
Los números no reflejan una realidad, pero si ayudan a contextualizar.
Para el cierre del 2016 la economía sonorense luce poco alentadora en su contexto interno-industrial.
Se cuenta con un crecimiento del PIB en los últimos años promediado en 5 por ciento, y que a la entrada del actual gobierno este indicador ha venido a la baja – es parte de un contexto nacional.
Ejemplo de esto es que para el 2014 el PIB haya crecido apenas 0.35 por ciento. Es de recalcar que para dar un certero pronostico y posible crecimiento registrado para el año 2015 y 2016, es oportuno visualizar la variable de la actividad industrial y más específicamente la manufacturera.
Recordemos que los datos son de Inegi, mismo que maneja un retraso de dos años en esta información. Para darnos una idea de cómo va el año 2016 en el estado de Sonora, tenemos que considerar el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) que nos arroja un dato para el primer trimestre de un ligero crecimiento de 0.7 por ciento… ¿tan mal?
Ante este escenario es de suponer que la actividad industrial y la actividad manufacturera han sido las que han impulsado a la baja este indicador económico.
La actividad industrial para el mes de enero del 2016 presentó un crecimiento del 3.3 por ciento, crecimiento que ha sido revertido en pequeña medida a los tres siguientes meses que registraron un decrecimiento acumulado de -1.2 por ciento, y apenas un ligero crecimiento de 0.6 por ciento para el quinto mes del año.
Al igual que este indicador, la actividad manufacturera empezó el año con un mayor repunte, con tasas de 12 por ciento para el mes de enero y 8.8 por ciento para el mes siguiente. Sin embargo, el tercer, cuarto y quinto mes del año registro un saldo negativo acumulado de -6.3 por ciento. Fenómeno que a principio de año se podría explicar por el aumento en la demanda de la estación invernal.
Este es un pequeño contexto en el cual se encuentra la actividad industrial de la economía sonorense, en donde podríamos pecar de cierto sesgo en información o quizá de falta de datos que nos ayuden a mejorar el análisis.
Por lo pronto, me atrevería a arrojan una humilde recomendación de política económica: Se tiene que dejar de priorizar el exterior y mirar hacia el interior, dejar de darle importancia a la generación de valor de Ford Motor Company, al igual que al 70 por ciento de las inversiones canadienses del sector minero, que si bien solo se aprovechan de los bajos niveles salariales.
Se debería de priorizar la creación de empresas locales, y que principalmente que sean dirigidas por el Estado o simplemente apoyadas por él.
Me dirán estimados lectores que la historia nos dice que eso ya pasó, ¿pero acaso estuvo tan mal, para llegar al punto de desmantelar cualquier empresa o participación que el Estado tenía en ellas?
¿Y si replanteamos lo que se hizo mal y tratamos de proponer un nuevo camino?
Bueno, así que habrá que seguir esperando y que cada uno saque sus propios pronósticos.
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