Un gran coloso se puede observar a distancia, dos colores, azul y caqui, son los que predominan y han marcado su nombre, localizado cerca de grandes cerros y circunscrito en el Boulevard José María Morelos, en una de las plazas de la ciudad de Hermosillo se ubica en tiempo y espacio el WAL-MART de City Center Hermosillo.
Entorno a este gran coloso extranjero, se han reunido fieles vendedores de bienes y servicios, que no traen la idea de ser su competencia, pero sí vienen a aprovechar la oportunidad que brinda la instalación de este supermercado en la extracción del dinero de los bolsillos de todos esos potenciales compradores para obtener sus ganancias respectivas.
Se observan bastos negocios que van desde el capital nacional y, no es por demás mencionar, pero también se encuentran sus amigos los extranjeros, estos, en conjunto con los locales se encuentran dispersos, en una especie de organización anárquica en este juego ordenado del libre mercado e impulsados por la búsqueda de la ganancia.
Por otra parte, el consumidor solo ve vitrinas y áreas; con un sinfín de espectaculares, reflectores con miles de siluetas, todos señalan una gran variedad de productos, no hay repetidos, solo una figura que siempre acompaña a un número que por lo regular es distinto en cada franquicia, “el signo de pesos”.
El consumidor puede notar que en una especie de conflicto cantado se encuentra rezagado el banco del norte de México, BanRegio, perteneciente al Grupo Financiero Monterrey de capital nacional y que, yuxtapuesto a este, se observa un Casino de nombre Play City perteneciente al Grupo Televisa de capital nacional – pareciese ser que este ha invertido en su imagen exterior.
Junto a este grande de los pequeños jugadores de apuestas colindan dos franquicias como son una cafetería de nombre Starburcks de capital extranjero y una vendedora de ensaladas City Salads de capital nacional. Los consumidores a menudo se pueden complicar la entrada a estos lugares, porque las dos franquicias solamente están delimitadas por una línea de color blanco que está colocada en el vidrio que proporcionó la plaza de este escenario comercial.
En este ir y venir de personas, notamos sin más, que unas buscan ganarse un dinerito realizando simples apuestas, otras, tomarse un café en las afueras con un buen amigo y amiga, o bien, pasar una tarde amena con una ensalada. En su mayoría las personas hacen posible esto sin antes haber realizado las compras y el mandado en el gran coloso de las tiendas minoristas.
El gran triunfo de la globalización es quién proporcionó una forma para integrar distintos grupos y tipos de personas que incurren en toda esta infraestructura que fue impulsada por la instalación de WAL-MART, aunado a esto, el libre mercado permitió el que tres distintos tipos de negocios de diversos giros pudieran colocarse en una misma acera.
El gran supermercado no tiene preferencias de quien se instala a su lado, es benevolente y no da criterios de quién, ni cómo se debe realizar el negocio y la decoración, lo deja al estilo particular de cada tienda, sin embargo, algo si no permite que los colores sean similares a los de su establecimiento.
En este escenario el gran coloso, el consumidor y el empresario se han percatado de una particularidad; una premisa que nadie dice, pero todos saben, “nadie en el lugar tiene permitido competir al gran minorista WAL-MART”, pero, se les permite la competencia entre los negocios situados esta plaza.
Lo anterior solamente representan apenas una pequeña escena de la basta historia de la globalización y el libre mercado, de los cuales existieron ganadores y perdedores. WAL-MART represente esos grandes negocios ganadores.
Así queda, para guardarlo en el expediente.