Ciudad de México. La economía mexicana avanzó 0.1 por ciento en el segundo trimestre del año. El dato revelado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) apunta a que el país no está en “recesión técnica”, según las consideraciones de algunos grupos financieros, pero la economía creció lo mínimo que podía hacerlo.
Así, durante la primera mitad del año, el desempeño del producto interno bruto (PIB) –el indicador más completo de la actividad económica-, evadió dos contracciones consecutivas. La primera –de enero a marzo-, fue una variación negativa de 0.2 por ciento frente al trimestre anterior. Y frente a ese dato, el de ahora, para abril-junio, por poco no varía, al registrar el avance de 0.1 por ciento. Ello en cifras desestacionalizadas, que suponen más certera la comparación.
Durante el periodo, la rama que agrupa la agricultura, ganadería y pesca, imprimió la baja al dato económico del trimestre. Se contrajo 3.4 por ciento frente al primer trimestre del año. La actividad industrial (en la que se enmarcan manufacturas, minería, minería petrolera, y construcción, entre otras) detuvo el descenso del trimestre anterior, pero al final se estancó. Con un registro de cero en la variación para el periodo. Mientras los servicios, en línea opuesta al comportamiento del primer trimestre, avanzaron 0.2 por ciento.
En su comparación anual, la estimación oportuna del PIB tuvo un incremento real de 0.4 por ciento en el trimestre en cuestión con relación al trimestre abril-junio de 2018. Por actividades económicas, la agricultura, pesca y ganadería crecieron 1.7 por ciento, los servicios 1 por ciento, mientras las industrias acumularon una caída de 1.6 por ciento, abundó Inegi
Dichos datos, parten de un periodo de abril a junio en que las calificadoras de crédito fustigaron con reducciones en la nota soberana y en la de Petróleos Mexicanos, con lo que se encarece el crédito para el país. No obstante, hasta ahora, ningún organismo ha avanzado número rojos para todo el año.
Hasta ahora, la mayoría de las expectativas de crecimiento para el cierre de 2019 van en torno al uno por ciento. El Banco de México lo acota a un rango de 0.8 a 1.8 por ciento, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tiene la previsión más alta, de 1.1 a 2.1 por ciento y en ambos casos hubo recortes en la primera mitad del año.
Los organismos internacionales lo prevén así: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en 1.6 por ciento, el Banco Mundial 1.7 por ciento, el mismo estimado que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. El recorte más reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta a 0.9 por ciento.
Las instituciones financieras apuntan a desempeños más austeros. Citibanamex encabeza la previsión más parca para el año, con 0.2 por ciento. Incluso Jp Morgan cinco días atrás aseguró que para este trimestre de abril a junio, habría una contracción de 0.5 por ciento con lo que se confirmaría una recesión técnica, dos trimestres consecutivos contraídos.
El menor ritmo en el crecimiento de México, sumado a un contexto de contracción económica mundial, la incertidumbre por las hostilidades comerciales entre China y Estados Unidos con un Acuerdo México-Estados Unidos, Canadá aún sin ratificar como factores de riesgo para el país, Alejandro Werner, director del FMI para el hemisferio occidental, apuntó que la actividad en el país también se ha desacelerado por efecto de una “subejecución del presupuesto” público.
Las cifras a junio de Finanzas Públicas, el periodo que correspondió íntegramente a Carlos Urzúa como secretario de Hacienda ejecutando la política de austeridad dictada por el gobierno federal, mostraron un suberjercicio de 174 mil 484 millones de pesos y una caída de más 17 por ciento para inversión física frente al año anterior.
A dos días del resultado del PIB al segundo trimestre, el nuevo titular de la SHCP, Arturo Herrera, anunció un programa para “empujar a la economía”. Recursos por más de 485 mil millones de pesos destinados a adelantar licitaciones previstas para 2020, inyectar a infraestructura y créditos.
Tomado de La Jornada