“El tiro de gracia”
Más que un aferrado rechazo a la ya inminente Reforma al Poder Judicial, la oposición estuvo buscando evitar lo que finalmente se convirtió en el “tiro de gracia” en su agónico hundimiento dentro del espectro político en nuestro país.
Finalmente, Andrés Manuel López Obrador, a quien lo separan unos cuantos días ya de la Presidencia de México, los derrotó de nuevo, por tercera vez consecutiva. Primero en 2018, con la insólita y todavía no digerida victoria del proceso constitucional de elección que lo convirtió en el primer mandatario de izquierda. La segunda dosis llegó con el triunfo de la señora Claudia Sheimbaun Pardo en junio pasado, y ahora con la abrumadora votación legislativa a favor de los cambios promovidos por la llamada 4T.
Hablemos hoy, sin embargo, de la furiosa reacción en Acción Nacional luego de que su senador Miguel Ángel Yunes decidió contravenir las órdenes giradas por Marko Cortez Mendoza para tratar de impedir la reforma de marras. El grito de “traidor” desgarró las gargantas de los azules que ya sentían la derrota en la sesión del Senado, pero no esperaban que les llegara de esa forma.
Al final de cuentas, para la derecha fue una sopa de su propio chocolate. Acostumbrados como estuvieron siempre a manipular reformas muy estructurales en las cámaras legislativas, creyeron que las cosas les saldrían bien. Todo se les desmoronó en cuestión de horas.
La tibieza mostrada por el PRI en un asunto en el que ya ni ellos mismos se toman en cuenta, vino a conformar la –otra vez– contundente derrota ante un cada vez más crecido mandatario nacional a punto de su retiro.
En Sonora, la diputada Alejandra López Noriega, miembro del partido azul en el Congreso de Sonora, se fue a favor de la reforma judicial impulsada por el presidente López Obrador, y durante la misma sesión, anunció su renuncia al partido, argumentando que este adoptó una postura misógina y excluyente hacia las mujeres en política.
Los calificativos de traidora fueron ahora para López Noriega. Sin embargo, tanto ella como Yunes en el Senado, defendieron en todo momento su derecho a considerar que la reforma al Poder Judicial puede resultar positiva para el país… y votaron a favor.
Traición o como quieran llamarle, finalmente el partido que tanto golpeó el pretendido proyecto fue el que, de alguna forma, apoyó su logro.
Hay que ver cuál es el futuro ahora de la oposición. Fuertemente debilitados por las consecutivas y abrumadoras derrotas sufridas, su destino es incierto. Volvieron a perder a pesar del ataque feroz emprendido en contra de quien está a punto de entregar los bártulos del mandato en México. Se enajenaron y no supieron reconstruir las cosas. Marco Cortez y Alito Moreno son una vergüenza como dirigentes del PAN y del PRI, respectivamente.
Cada vez son más las voces que, en ambos partidos, insisten en una refundación que los haga entender, finalmente, que una oposición fuerte no es aquella que busca ganar a través del enfrentamiento, sino simple y sencillamente… aprendiendo a ser oposición.