Salario mínimo, inflación, desempleo y poder adquisitivo
Por Jesús Antonio Dyke García
Lograr disminuir de manera importante la desigualdad en México dependen de recuperar para la clase trabajadora una mayor parte del excedente que históricamente se han apropiado los empresarios mexicanos.
Durante muchos años en nuestro país, el Salario Mínimo no presentó aumentos significativos, se nos habló con mitos y leyendas de que esto era imposible, creados por los académicos e ilustres de las diferentes universidades.
Estos mismos nos mintieron por años, diciéndonos que se descontrolaría la inflación, aumentaría la tasa de desempleo, caerían las inversiones, cerrarían las empresas, en fin, muchas falacias simplistas que rodeaban a una narrativa neoliberal en México que buscaba justificar un nulo aumento.
Detrás de estos ideólogos de cartón – que fortalecieron este discurso – fue acompañada de una inoperatividad de los gobiernos de la época, que justificaban a esos grupos de empresarios que buscan precarizar a los trabajadores mexicanos.
DESTROZANDO MITOS
Un artículo reciente de Müller Duran, 2022, “Salario mínimo e Inflación en México. Un análisis desde la inflación de costos”, demuestra que un aumento en el salario mínimo no explica los posibles aumentos en la inflación, señalando principalmente que los choques externos en los costos materiales, como los derivados de la etapa post-pandemia y conflictos internacionales, son determinantes clave.
Por otra parte, Campos Vazquez, 2020, “The ligthouse effect of the minimum wage in the wage structure: evidence for México”, en sus hallazgos respalda la implementación de políticas salariales centradas en dignificar el ingreso de los trabajadores con menores recursos, demostrando que es posible avanzar hacia una mayor justicia económica sin comprometer los niveles de empleo formal.
Por último, Bazan, 2022, Analysis of the Impact of the Minimum Wage on Emplymen: A Literatura Review, señala que a pesar de sus efectos limitados sobre el empleo, el salario minimo se destaca como una política y una herramienta que sirve para reducir desigualdades e incrementar los ingresos de los trabajadores de bajos recursos.
En síntesis, los autores plantean que el salario mínimo es un instrumento útil para mejorar los ingresos y reducir la desigualdad imperante en nuestro país como en América Latina, pero su implementación debe ser cuidadosamente calibrada y acompañada de otras estrategias económicas y sociales, que fomenten el desarrollo equitativo y sostenible para todos los sectores de la sociedad, evidencia de esto es el caso de México, quien ha acompañado la política de Salario Mínimo con una histórica inversión social, de poco más de 1.1 billones de pesos para el 2025, distribuido en más de 69 programas.
