
La derecha rabiosa y derrotada
La derecha mexicana perdió otra vez de manera contundente este domingo 1 de junio, peor aún que la paliza de hace un año: Además de rendirse prematuramente en la elección del Poder Judicial, lo que implicó abandonar todas las candidaturas de su misma ideología e intereses, su rabia ha convertido en derrotas sus escasos triunfos electorales sobre Morena en Durango y Veracruz.
No sólo eso: La derecha, cuya iracundia la hace literalmente echar espuma por la boca, también se desmintió a sí misma este domingo cuando sus contingentes marcharon por el Paseo de la Reforma y celebraron un mitin en el Monumento a la Revolución contra la dictadura que, afirman, ejerce Claudia Sheinbaum.
Tanto los que sabotearon la primera elección judicial de la historia de México y del mundo, llamando a no votar, y quienes se manifestaron contra la dictadora comunista Claudia Sheinbaum ejercieron sin cortapisa los derechos de expresión, reunión y tránsito que la Constitución consagra, pero además ejercen el de asociación, porque muchos de ellos están ahora mismo construyendo un nuevo partido político, el que lideran Guadalupe Acosta Naranjo, Edmundo Jacobo Molina y figuras de la misma talla.
El frenesí con que actúan las bases y los líderes —es un decir— de esta promesa de partido, consumidos todos por la rabia, los ha llevado a inventar que Andrés Manuel López Obrador habita Palacio Nacional o que radica en Cuba y hasta ponen en entredicho que haya ido a votar en la elección de juzgadores de la que él es artífice principal.
Los líderes de la derecha de México son ineptos, pero son además tan ruines que no valoran ni sus propios triunfos: En las elecciones estatales de Veracruz y Durango, las primeras tras la de 2024, el PRI y el PAN derrotaron a Morena en municipios estratégicos de los dos estados, con los que se estrenaron como dirigentes Luisa Alcalde y Andrés López Beltrán.
Si hay una dictadura comunista en México, habría elecciones de Estado y la oposición no obtendría triunfos como los de ayer, cuyos resultados comprometen más a los líderes de Morena que a los prianistas Alejandro Moreno y Jorge Romero.
Y más aún: Esta misma ceguera de la derecha es la que conduce a la estupidez de descalificar el número de electores de la elección judicial, aproximadamente 13 millones, cuando es un número mayor al de los mexicanos que apoyaron al PRI y al PAN en la elección de 2024: Cinco millones 736 mil votos el primero y 9 millones 644 mil votos el segundo.
Esta misma ceguera de la derecha, producto del odio, es lo que dominó ante la elección judicial: Además de Claudio X. González, quien condujo al PRIAN al peor resultado de su historia y que llevó al sepulcro al PRD, otro magnate, el deudor de impuestos Ricardo Salinas Pliego, se convirtió en el líder abstencionista que entregó toda la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al oficialismo.
Con la convocatoria a boicotear la elección judicial, a la que se sumaron las mafias de Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, fueron abandonados los candidatos y las candidatas de la derecha, entre ellas la exdiputada priista de Sonora Magda Zulema Mosri Gutiérrez, la exdiputada federal panista Dora Alicia Martínez Valero y Maricela Morales, la procuradora de Felipe Calderón, relegadas al fondo en la elección de ministras de la SCJN.
¿Qué ganó la derecha partidaria, mediática, política y económica en la elección judicial y en las elecciones de Durango y Veracruz? Nada, porque hasta lo que ganaron ellos mismos los volvieron derrota. La derecha de México es, además de inepta, estúpida, ciega de tanto odio.
(SinEmbargo)