
Adán Augusto sí está solo
“La mejor política exterior es la interior”, postulaba Andrés Manuel López Obrador para enfatizar que si el país combate la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la impunidad, y genera estabilidad política, cohesión social y Estado de derecho, tiene mayor respeto, autoridad y capacidad de negociación en el ámbito internacional, incluyendo con sus socios y vecinos, pero el escándalo de Adán Augusto López Hernández, protector del fugitivo Hernán Bermúdez Requena, conspira contra esa concepción y estimula también a las fuerzas fascistas de Estados Unidos que traman una invasión militar a nuestro territorio con el pretexto de los cárteles “terroristas”.
Dudo que Adán Augusto sea alcanzado por la investigación sobre “La Barredora”, el grupo criminal que fundó Bermúdez Requena en Tabasco como Secretario de Seguridad Pública, pero no es creíble que no supiera ni sospechara nada como Gobernador y luego como Secretario de Gobernación con el nivel de relación de amistad y confianza que tenían desde 1992, cuando ambos se conocieron en el Gobierno de Manuel Gurría Ordóñez, como aquí se acreditó la semana pasada. Si no está implicado en el esquema delincuencial, sí tiene una inmensa responsabilidad política.
Por eso, si la mejor política exterior es la interior, la sospecha que existe sobre Adán Augusto y su responsabilidad política es una afectación directa a dos de los tres poderes del Estado: Al Congreso, de cuyo Senado es presidente de la Junta de Coordinación Política, y al Ejecutivo que encabeza Claudia Sheinbaum, para quien este escándalo político se ha convertido en un lastre, en momentos en que Donald Trump y su Gobierno toman cualquier pretexto para agredir a México.
Si el político tabasqueño se aferra al cargo, que incluye fuero constitucional, con el respaldo de su grupo político que tiene sus respectivos proyectos personales, él mismo sabe que su influencia política en Morena y en la población será aún más marginal. Si ya lo era tras el despilfarro de su precampaña en 2023, que lo ubicó en el cuarto de seis aspirantes, este escándalo lo deja en la inopia, como se comprobó cuando un puñado de morenistas le gritaron, en la sesión del Consejo Nacional de este domingo, que no está solo. Es obvio que lo está.
Sería honorable de su parte separarse del cargo de Senador para honrar que efectivamente está a las órdenes de las autoridades y que no se parapeta en el fuero. Como un ciudadano común, enfrentaría a sus malquerientes, los de Morena y de la oposición, y ya no daría lugar a que los ignorantes del Gobierno de Estados Unidos atribuyan a Sheinbaum, como han comenzado a murmurar, que ella lo proteger por ser de su propio partido. Bien podría solicitar licencia como Senador y hasta negociar irse como Embajador a Francia, donde estudió, pero si se aferra, con su autoridad política y moral minada, abonará al discurso opositor de que hay un narcogobierno, por más que suba a tribuna una y otra vez a responder a personajes del nivel de Lilly Téllez, Ricardo Anaya y Alejandro “Alito” Moreno.
Si Adán Augusto está comprometido con el proyecto de transformación y quiere cuidar el legado de López Obrador, su “hermano”, debe enfrentar sin fuero lo que él llama “linchamiento” derivado de la huida de Bermúdez Requena, un personaje que sirvió como policía de los gobernadores priistas Manuel Gurría, Roberto Madrazo y Manuel Andrade, en cuyo periodo fue detenido, en 2006, por la entonces Procuraduría General de la República por su implicación en el asesinato del ganadero Ponciano Vázquez Lagunes y cuatro personas más.
Más aún: El escándalo de Adán Augusto por el prófugo Bermúdez Requena llega al corazón del lopezobradorismo y de una relación familiar de más de medio siglo, que comenzó con una tragedia familiar de López Obrador, cuando éste tenía 13 años de edad y él sólo seis:
En 1969, cuando el hermano mayor de López Obrador murió de manera accidental por un balazo cuando jugaba con una pistola, el procurador de Justicia era Gregorio Merino Bastar, abuelo de Manuel Merino, el Gobernador sustituto y actual director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares del Gobierno de Sheinbaum, y el subprocurador era Payambé López Falconi, padre de Adán Augusto…
(SinEmbargo)