Para la memoria: El desfalco descarado en el Fonden
Matria, el órgano informativo de la Organización Nacional de Comités de Ordenamiento y Defensa del Territorio (ONODET), publicó el 15 de octubre un artículo sobre el tan mencionado Fonden. Compartimos una breve reseña.
Nostalgia mediática
«Es tiempo de recordar qué fue realmente el Fondo Nacional de Desastres antes de que la nostalgia mediática reinvente un pasado que nunca existió», empieza el texto.
«En el corazón del debate político mexicano, pocas instituciones extintas despiertan tanta polarización y “nostalgia terrible” como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
Mientras la oposición política y ciertos sectores de la opinión pública hegemónica lo añoran como un instrumento esencial para la atención de emergencias;
los datos duros y la experiencia histórica de tres sexenios revelan un fideicomiso marcado por la corrupción, la ineficiencia burocrática y una profunda opacidad», denuncia Matria.
Señala que «al momento de su defunción, allá por el año 2021, el Fondo Nacional de Desastres no era más que una gigantesca hipoteca que el Estado se vio obligado a saldar».
El Fonden
El medio informativo dice que «el desmantelamiento del Fonden no fue un capricho ideológico;
Sino un acto forzoso de saneamiento ante el cáncer estructural de la administración posneoliberal».
«El fondo desviaba recursos para las campañas electorales del PAN y beneficiaba a un puñado de no más de 10 empresas», continúa.
Matria señala que «se realizaban compras de última hora por “fuerza mayor” para evitar licitar».
Durante el foxismo (con Santiago Creel en Gobernación), la asignación de ayuda llegó a ser del 10% para los damnificados y 90% para “compadres”.
«Por ejemplo, Spite Medical S.A. de C.V. cobró millones sin entregar medicamentos, y $80 millones de recursos de emergencia fueron invertidos en la casa de bolsa Ixe», denuncia.
Operaciones
En cuanto a las operaciones, «el dinero no podía llegar hasta que se emitía una “declaratoria de desastre” por Gobernación, proceso que podía tardar una o dos semanas».
«Bajo Peña Nieto, los precios se inflaron hasta en 2000%» aclara.
«Entre 2004 y 2017, la Auditoría Superior de la Federación revisó $17,827 millones, de los cuales $4,180 millones fueron robados (una cuarta parte), según México Evalúa».
Postura de Sheinbaum
«Ante las recientes lluvias, Sheinbaum tuvo que recordar la evidencia financiera, desmintiendo el mito de esa caja llena y lista para ser usada.
Su postura (…) cortó de tajo cualquier retórica sobre la supuesta eficiencia perdida: “Lo único que tenía el Fonden eran puras deudas, no tenía dinero el Fonden”.
Sheinbaum recordó que, al finalizar la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el Fonden acarreaba una deuda superior a 13,000 millones de pesos», puntualiza el artículo.
«Esta reorientación financiera (…) persigue la amplia asistencia directa a los damnificados;
Eliminando los “sistemas de poder” y los intermediarios que, en el pasado, hicieron de la ayuda una dádiva política, lejos de ser un derecho.
La presidenta Sheinbaum ha seguido la línea de su antecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador, privilegiando el auxilio directo», aclara Matria.
Modelo de atención
«El modelo de atención de la Cuarta Transformación (4T) se diferencia del “viejo régimen” neoliberal al privilegiar:
- Asistencia Directa y sin Intermediarios
Se evita el escenario de “grandes negocios público-privados” que proliferaron en el pasado.
La ayuda, incluyendo la reconstrucción y el apoyo a hogares, se entrega directamente a los damnificados.
- Respuesta Expedita
Busca la celeridad en la entrega de apoyos, como el caso de una inundación en Nezahualcóyotl donde el apoyo se brindó cinco días después.
- Prioridad Social
Se da “amplia asistencia directa a los damnificados” y se prioriza “el reparto de la ayuda a los más necesitados y en menor medida a los de mayores recursos”.
- Enfoque en la Prevención
Se enfatizan las labores preventivas, como el desazolve de ríos que se realiza desde principios de año».
Desfalco crónico
El artículo cosinúa señalando que «el Fonden se alimentó de la tragedia, pero sus arterias estaban obstruidas por la corrupción y la discrecionalidad.
La lentitud del proceso burocrático y la opacidad de los fideicomisos eran, de hecho, el caldo de cultivo de la corrupción».
Esto deja ver que la corrupción no era solo patrimonial, sino también intelectual.
«Los desastres no son “fenómenos naturales solamente, son procesos socionaturales.
Es decir, una crisis que sobreviene cuando una sociedad vulnerable se enfrenta a una amenaza», aclara..
«La gran falla del Fonden, más allá del desfalco, fue que su intervención posdesastre no redujo el riesgo, sino no que lo multiplicó en un círculo vicioso que “produjo pingües ganancias a muchos funcionarios gubernamentales y sus socios particulares”.
Viviendas
Las viviendas construidas con recursos Fonden eran “diseños totalmente erróneos”.
Algunos investigadores evaluaron que el diseño provenía de “la ciudad de México que no correspondían a una zona tropical”.
Resultando en casas “diminutas, sin ventilación adecuada y aglomeradas de manera indeseable”.
«En San Pedro Juárez, Yucatán, se entregaron viviendas que no cumplían con las prácticas culturales de la población ni con la arquitectura tradicional maya, resistente a huracanes.
El resultado era que estas casas se convertían en “bodegas inhabitables para personas” o se utilizaban de otra manera distinta a los fines para los que se crearon», lamenta el texto.
El sistema de protección civil se centró históricamente en la respuesta ante la emergencia», señala..
«La GIRD, en cambio, exigiría una comprensión transversal a la política pública que incida en el uso del territorio.
Es “ahí donde los desastres tienen su origen y es ahí en donde debe radicar prioritariamente la reducción del riesgo”.
Condena
«La condena final al Fonden, y al modelo que lo gestó, es su ineludible trauma constituyente:
La ausencia histórica en México de una Gestión Integral del Riesgo de Desastres (GIRD).
Desastre socialmente construido
Muchos expertos han señalado la necesidad urgente de sustituir el término “desastres naturales” por el concepto de desastre socialmente construido», continúa.
«La insistencia en denominar a los fenómenos como “naturales” exime de responsabilidad a las estructuras políticas y económicas que permiten la construcción en zonas vulnerables», finaliza.
(Regeneración.mx)