** Oposición sin estrategias; “duro” contra AMLO…
Si hace casi seis años, la hoy oposición en México creyó que la mejor estrategia para recuperar el terreno perdido era tupirle duro y a la cabeza a Andrés Manuel López Obrador, intentarlo de nuevo suena a una especie de auto inmolación.
Tanto se atrofiaron mental y políticamente, que hoy que este señor está a punto de entregar los bártulos gubernamentales y que por consecuencia casi institucional ya ni siquiera debería ser tomado en cuenta, han recrudecido los ataques en su contra, dejando claro con eso que jamás le perdonarán haber cambiado las estructuras del sistema político-electoral-social en nuestro país.
En el caso del PRI, el partido que alguna vez tuvo toda la supremacía política, con un dominio hegemónico, absolutista y dictatorial, el golpe que sufrió en 2018 lo estremeció de tal forma que hoy, después de las elecciones de junio pasado, literalmente están haciendo todas las cosas que anticipan un suicidio. Las dos derrotas consecutivas lo lastimaron mortalmente.
Se perdieron. A unas semanas de que López Obrador entregue la banda presidencial, por un lado dispersan en todo el territorio la perspectiva de su supuesta relación con el narcotráfico bajo argumentos improbables, y por el otro, el déspota y autoritario Alejandro Moreno Cárdenas, auto impuesto presidente del cada vez más desolado partido, sugiere un futuro acercamiento con la inminente Presidenta de México, Claudia Sheimbaun Pardo.
Poco futuro se advierte en el horizonte priísta, con un presidente perdedor de elecciones prácticamente por inercia, y por el fracaso que resultó del experimento de revivir políticamente a Manlio Fabio Beltrones Rivera, un tipo aferrado a una juventud que le dio un poder a manos llenas, pero que hoy lo convierte en uno más de todos aquellos a los que atropelló impunemente cuando era el amo y señor de las decisiones.
El PAN, salvo las todavía histéricas cuanto inútiles discusiones de Kenia López Rabadán, ha asumido una actitud más prudente. Más conservadora. Da la impresión de que empiezan a asimilar la brutal y consecutiva derrota, y podrían emprender un camino de reconstrucción, que tanto les urge en estos momentos.
Todo lo que se hizo para derrotar al nuevo sistema resultó infructuoso. No funcionó. Por el contrario, se hundieron y lo fortalecieron más. Es necesario borrar todo el instructivo y comenzar de nuevo. Sólo así se puede preparar un futuro más promisorio.