Las falacias de la oposición en torno a la Reforma Judicial…
Un tipo que se identifica como magistrado durante 16 años, previamente juez penal y más atrás visitador de la Judicatura Federal, con experiencia laboral en el Poder Judicial de 25 años, puso en circulación un video fijando una postura que me pareció interesante, sobre todo por el valor que tuvo –en caso de que realmente sea trabajador del PJ– de someterlo al escrutinio público.
El hombre dice que está seguro de que con la Reforma Judicial que está proponiendo Andrés Manuel López Obrador, la cual seguramente será aprobada –dice– es probable que pierda su trabajo, pero que aun así, está a favor de la propuesta, asegurando haberla visto, revisado y analizado y más todavía, que es una de las mejores cosas que le pueden pasar actualmente al país.
El sujeto dice que no se trata de lo que le conviene a él como persona, sino de lo sirve al país en su conjunto, “un país ávido de justicia desde hace muchos años, sobre todo en materia penal”, señala tras ubicarse como experto en ese rubro.
Da datos que resultan relevantes, por supuesto que sí.
Afirma que en México, dos de cada cien delitos son los que se castigan. O sea, el 98 por ciento restante quedan impunes, lo que influye definitivamente en los elevados índices de delincuencia en lo general, desde la organizada, la común y naturalmente, la que se comete en las instancias del gobierno.
Refiere que el Poder Judicial jamás había sido cuestionado. “Es un poder que durante años se manejó “por debajo de la mesa”, en penumbras, a oscuras, sin publicidad, sin que nadie lo cuestionara”.
Y se pregunta: en los nuevos tiempos que vive el país, ¿por qué no renovar al PJ? ¿Por qué quiere permanecer en el oscurantismo? ¿Por qué no nombrar a los jueces, magistrados, pero sobre todo a los ministros que según su opinión son los peores, eligiéndolos con el voto de la gente?
Hace unos días le comentaba por aquí que la Constitución Política de México es muy clara en su Artículo 39, que indica de manera específica que el poder emana del pueblo. ¿Por qué no aplicar ese artículo al Poder Judicial?
Se refiere también al tema tan recurrente entre quienes están en contra de la reforma, en el sentido de que cualquier persona va a poder inscribirse para ser ministro, magistrado o juez con base en su popularidad y no en sus conocimientos. El expositor asegura que esa es una falacia que se ha hecho circular para desprestigiar la propuesta de AMLO.
“La propia reforma establece que habrá un proceso de calificación de los candidatos, y esos filtros van a consistir en que habrá una profunda revisión de los conocimientos técnicos, de su honestidad, de su honorabilidad, y una vez que se haya cumplido con eso, entonces llegarán a la etapa de votación”, explica.
También es falso que se vaya a dar preferencia a quienes van saliendo de la Universidad sin reunir los requisitos exigidos para ser impartidores de justicia.
Hay algo que ha sucedido por años y que los contrarios quieren pasar por alto: no es cierto que todos los que llegan a trabajar al PJ lo hacen por méritos o por carrera judicial. Estamos hablando prácticamente de un “poder familiar”, donde el nepotismo, el tráfico de influencias, el amiguismo que hay en esas instituciones, permite el arribo actualmente de gente sin experiencia, sin carrera judicial, pero sí con “padrinos” muy poderosos, que son los que tienen el control absoluto y al servicio de quienes pueden pagar sus corruptelas.
Habla también de que la carrera judicial, a diferencia de lo que reprochan muchos trabajadores, NO se va a terminar. Es decir, a empleados, secretarios, actuarios, oficiales judiciales y demás, se les respetarán sus derechos laborales, no quedarán desprotegidos. El cambio es en jueces, ministros y jueces. Los contrarios, sin embargo, aseguran otra cosa.
APARTE, estaba viendo que la señora ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña Hernández, presentó ayer una propuesta alterna a la reforma, asegurando que con la hecha por López Obrador se pretende demoler al Poder Judicial.
La señora explicó que su propuesta busca fortalecer la independencia y eficiencia del PJ sin recurrir a medidas extremas que podrían desestabilizar el sistema. Obviamente, las medidas extremas para ella es que los funcionarios se elijan por voto popular y que les quiten todos los ultra millonarios beneficios que reciben.
Propone diálogo constructivo cuando desde un principio le faltó al respeto a la figura presidencial, y de paso reconoció que hay familias beneficiadas en el ejercicio del PJ.
¿Por qué no lo hizo antes, señora Ministra?