27 December, 2024
Se pulveriza el PRI, contamina a Morena
Columnas 2

Se pulveriza el PRI, contamina a Morena

Dic 6, 2024

Víctor Fonseca

El desmoronamiento del PRI continúa de manera inexorable. La dirigencia nacional del partido, actualmente en manos de Alejandro Moreno Cárdenas, se consolida como la peor en la historia del Revolucionario Institucional, al no mostrar capacidad alguna para evitar lo que ya se está llamando como la mayor tragedia del otrora poderoso partido mexicano.

La renuncia de Enrique de la Madrid Cordero a una militancia de más de cuatro décadas, se suma a la declinación de la dirigencia priísta en el estado de México y su posterior separación del partido, así como a la limpia de beltronistas que Moreno Cárdenas está haciendo en Sonora, esto tras la retirada de Rogelio Díaz Brown a la presidencia del partido, que no es más que la advertencia de su pronta renuncia también al priísmo. Cuestión de días.

Se pulveriza toda aquella estructura que alguna vez dio al PRI el dominio total del control político en el territorio nacional. Los gloriosos tiempos en los que el tricolor gobernaba hasta en el más pequeño de todos los municipios de México se están disolviendo. La arrogancia del poder que controlaba las cámaras legislativas federal y estatales, está escribiendo el fin de su historia.

Y todo esto ocurre trayendo como consecuencia la fortaleza cada vez más contundente de Morena, un partido que se ha convertido en el depósito de la basura que están dejando todos estos movimientos, algo que tampoco puede considerarse saludable si tomamos en cuenta que los principios izquierdistas del Movimiento de Regeneración Nacional se contaminan rápidamente con la llegada de las mismas ideologías que corrompieron al sistema político mexicano.

El PAN se queda literalmente solo como oposición, sin estrategias concretas ni para crecer como partido y mucho menos como una alternativa seria para el futuro político. Tras el naufragio en el proceso electoral de este año, el cambio de dirigencia nacional, hoy en manos de Jorge Romero Herrera, desvanece paulatinamente sus posibilidades de levantarse y convertirse en el partido ganador que su novel dirigente ofrece sin más argumento que su palabra.

Lejos de fortalecerlos como partido, el desmoronamiento del PRI debilita también a Acción Nacional, cuyo ahora ex dirigente Marko Cortez Mendoza no tuvo empacho en exhibirlo de manera por demás grotesca en aquel affaire con el gobernador de Coahuila Manolo Jiménez Salinas, en el que públicamente le reclamó el cumplimiento a un acuerdo político sobre el reparto de notarías, secretarías y direcciones diversas para priístas y panistas.

Hoy, ambos partidos, PRI y PAN, recurren al compendio de críticas que acumuló la entonces oposición encabezada por Andrés Manuel López Obrador para estructurar su crítica hacia el gobierno. Es decir, cuestionan al gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo tratando de acusar lo mismo que hicieron durante décadas mientras manipulaban al poder. No tienen otros recursos.

Definitivamente, en México la oposición todavía no entiende que el poder popular les dio la espalda, y más todavía, que mientras continúen con esas pobres perspectivas, sus intentos de volver a los tiempos de gloria cada vez se les alejan más.

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