5 December, 2025
El Fiscal del fiasco
Columnas 1

El Fiscal del fiasco

Dic 4, 2025

Alejandro Páez Varela

El problema es que todos se sienten con más de 70 por ciento de aprobación, como Claudia Sheinbaum. El problema es que bajo ese manto, que también tuvieron con Andrés Manuel López Obrador, han actuado con negligencia, mediocridad, poca transparencia, avaricia y deshonestidad. Lo digo en plural porque son más de uno.

Hace ya tiempo que alguien me dijo que Alejandro Gertz Manero despachaba dentro de la Fiscalía General de la República enfundado en una bata de seda. Entonces no supe si fue en sentido figurado, pero creo que no, que era tal cual, porque otra persona dijo lo mismo, más adelante. El problema es que ese Fiscal inútil, al que muchos denunciamos por años, usó un manto mal entendido para apropiarse de un castillo donde pasearon desnudos Alejandro Moreno Cárdenas, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Deschamps, Felipe Calderón, una cantidad infame de abogados panistas y otros hampones reconocibles y más, mucha gente más que aprovechó el momento para salirse con la suya.

Nadie debería defender a Gertz Manero. Le hizo perder siete años valiosos a la justicia y retrasó siete años valiosos para que la 4T cumpliera la promesa de una justicia incorruptible y expedita. Alguien me dijo que fue un administrador de la impunidad. Yo diría que no fue administrador de nada: él fue el gran impune, porque hay culpa en la omisión, en la negligencia, en la podredumbre que te rodea; hay culpa en la desvergüenza, en la arrogancia, en la mezquindad. Porque hasta eso fue: un mezquino. Debió renunciar muchos años antes. Debió aceptar que no dio el ancho por la razón que fuera y que estorbaba. Debió entender, al final de su encargo, lo hermoso de la dignidad.

Es un hombre de 86 años, por Dios: ya hizo toda la fortuna que pudo y que nunca se va a gastar. Debió irse al menos con algo de prudencia, sin mezquindad. Pero no. Fue un arrogante. Fue caprichoso. Fue dañino hasta en el final.

Su propia carta debería avergonzarlo. Digo debería porque no lo avergonzará. Gertz Manero se queja cuando la Presidenta le da una salida con dignidad. “Me ha propuesto como Embajador de México en algún país amigo”, se queja. Pues irse a “algún país amigo”, como le llama, es más de lo que merece y un gesto de tremenda generosidad para alguien que retrasó los efectos de la justicia en tiempos que reclaman acciones firmes y demostrables. “Cualquier país amigo”, le diría yo, es un premio inmerecido para un Fiscal que no apreció que AMLO lo dejara tanto tiempo (y no entiendo por qué) y que Sheinbaum le diera una oportunidad para vindicarse.

El Fiscal del fiasco creerá, quizás, no sé, que porque la mayoría de los opinadores, de los medios de comunicación y de sus periodistas; la mayoría dentro del PAN y del PRI nunca le reclamaron (sospechosamente) nada, tiene la fuerza que se requiere para enfrentarse a quien sea cuando sea y allí es donde se equivoca: todos pagan en algún momento los excesos; algunos a plazos, otros de golpe, pero todos pagan.

Gertz intentó oponerse. Filtró casos, expedientes. Y cuando vino el último estirón se organizó una rabieta mediática. Filtró más y organizó una ronda de entrevistas con opositores a la Presidenta. Amagó con una zacapela y en los hechos la armó, porque la turbulencia que se vivió en el Senado fue parte de su resistencia a dejar un puesto que debió dejar al menos seis años antes.

El malagradecido

El problema es que algunos, empezando por Gertz, sienten que son parte del más de 70 por ciento de aprobación que tuvo AMLO en su momento o que tiene Claudia Sheinbaum ahora. Y que bajo ese manto pueden ser negligentes, mediocres, opacos, avaros, deshonestos. Y piensan que porque están en un Gobierno que tiene buenas calificaciones –aunque le dé rabia a los opositores–, pueden construirse pequeños reinos.

Pero es un manto y un poder mal entendidos. Y pronto se enterará Gertz que ese “algún país amigo” es lo mejor que le pudo pasar en el último tramo de su vida, cuando debió ser prudente y se convirtió en un malagradecido.

El jueves por la noche le pidió a tres medios (amigos de él y enemigos de la Presidenta) que le abrieran espacio para entrevista. El viernes se arrepintió: les dijo que no, que los buscaría después.

El vórtice del huracán se tragaba a Alejandro Gertz Manero y él amenazaba con tirarse al agua con una esponja enredada en la cintura.

El remolino aceleraba de tiempo atrás. Un nombre de concurso le dio velocidad: Raúl Rocha Cantú. El tipo está relacionado con podredumbre desde hace dos décadas. Le permitieron salir de Casino Royale sin mancha y claro, regresó por más. Huachicol, juegos, contratos con Pemex. Y luego, Miss Universo, pues cómo no, sí señor.

Pero había una investigación federal en curso y era robusta: el 15 de noviembre pasado salió la orden de aprehensión. Algunos dicen que Rocha Cantú estaba en el extranjero por lo del certamen de belleza y otros dicen que ya calculaba que el escándalo de los dos buques con huachicol condujeran, entre otros, a él. Tal cual sucedió. Luego vino un operativo en la Ciudad de México, Querétaro y Estado de México y la cosa se le puso seria otra vez.

El empresario ya ha huido con todo y familia al extranjero. Lo hizo en 2011, cuando los deudos de los 52 fallecidos en el ataque al Casino Royale de Monterrey exigían una investigación creíble para todos los involucrados, incluyendo los dueños del negocio de apuestas. Muñoz Rocha se hizo la víctima y al final, ganó. Logró salir sin mancha. ¡Sin mancha!

Las maniobras para garantizarse impunidad parecieron repetirse ahora, porque el 19 de noviembre, cuatro días después de que saliera la orden de aprehensión, la Fiscalía anunció que le daba criterio de oportunidad. ¡Raúl Rocha Cantú sería su testigo protegido! Dentro del Gobierno federal se sorprendieron. Y cualquiera podría preguntarse que a quién iba a denunciar hacia arriba (esto último importante), aunque había otra pregunta en el aire: ¿Y a quién le avisó Alejandro Gertz Manero que le daría tal privilegio al sujeto cercado por una investigación federal que NO estaba en sus manos? ¿Con quién se coordinó antes de, básicamente, ofrecerle un pastelito de chocolate? La pregunta es retórica porque la respuesta estuvo siempre: con nadie se coordinó, a nadie le avisó.

Con un detalle adicional: la investigación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana involucra a Rocha, sí, pero también a varios subordinados de Gertz en la Fiscalía. La misma Fiscalía que ahora daba un criterio de oportunidad a Rocha estaba dentro de la investigación.

La Presidenta de México, escribió Gertz, “me ha propuesto como Embajador de México en algún país amigo”. La carta suena a queja.

Carajo: qué manera de ensuciar un gesto de tremenda generosidad. Debió ser prudente y fue un malagradecido.

El amigo Gertz

“En lo personal, reconozco el trabajo del Fiscal General de la República, Dr. Alejandro Gertz Manero. Ha sido un servidor público serio, que ha conducido su labor con estricto apego a la legalidad, sin tintes políticos, con imparcialidad, sin protagonismos y defendiendo la autonomía institucional. En tiempos en los que el poder quiere someterlo todo, la  Fiscalía ha mantenido su papel: hacer valer la Ley, no los caprichos del Gobierno. México necesita instituciones que no se doblen, que actúen con firmeza y que respondan al pueblo, no al poder. Lamento mucho el movimiento golpista que los narcopolíticos de Morena emprendieron en su contra. Es una muestra más del rostro autoritario de este régimen, que quiere imponer una narcodictadura terrorista y comunista en México”, escribió hace unos días en su cuenta de X el líder del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.

El pasado 28 de agosto, por la noche, Hugo Eric Flores Cervantes, presidente de la Sección Instructora de la Cámara de Diputados que evalúa el desafuero de “Alito”, reveló la desaparición del expediente del líder priista por el presunto desvío de 83 millones. Así: desapareció. Y además, que la Fiscalía nunca solicitó que se le quitara la inmunidad. ¡Gertz Manero nunca hizo el trámite!

El Fiscal nos vio la cara de idiotas a todos los que estábamos esperando que se desaforara a Moreno Cárdenas. Nos jugó el dedo en la boca a todos los que nos preguntábamos por qué no avanzaba el proceso. Fiscal deshonesto e iluso: eso iba a salir en algún momento. Ahora imagínense cuántos casos así, de altos vuelos, en siete años. Por eso, digo yo, el Fiscal goza de tan buena prensa. Así se explica por qué la oposición nunca lo cuestionó y cuando lo tuvo enfrente fue para componerle loas con sus guitarritas.

“Cuando nosotros llegamos a esta legislatura, no lo encontramos [el caso ‘Alito’] como un asunto pendiente y revisando todos los archivos sólo encontramos un documento y nos llamó muchísimo la atención. Este documento básicamente era decir que el asunto no se radicaba […]. Hubo un peloteo de burocracia ahí. Había hasta molestia con nosotros porque estábamos buscando decir ‘¿por qué sólo hay un papel?’. No había nada más. No había nada más sobre este asunto y evidentemente es un asunto relevante, desde el punto de vista jurídico, pero también desde el punto de vista la opinión pública”, detalló el legislador.

Hace ya tiempo que alguien me dijo que Gertz Manero despachaba con una bata de seda y parece que era así. Pero era literal, y era en sentido figurado. Porque esa bata de seda era la del rey de la impunidad; la de alguien que reparte impunemente favores y que se favorece así mismo al ser, de entre todos, el gran impune.

Gertz se va con la mancha a un país amigo como el exfiscal que nos hizo a todos perder siete años. Que nunca se olvide, que nunca se le perdone: fue, sin más, el Fiscal del fiasco.

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