Guía urgente para entender el sistema electoral de Estados Unidos
Aunque todos los estadunidenses registrados pueden participar en la votación, el presidente es escogido por 538 delegados del Colegio Electoral mediante voto indirecto.
(France 24).- En Estados Unidos es posible ser presidente sin ganar el voto popular. El sistema del Colegio Electoral es único en el mundo y trata de igualar la representatividad entre estados del norte y del sur. Su origen: las disputas por la esclavitud, por eso hoy resulta, para muchos, lejano y anticuado. Un sistema en el que más que los electores, los delegados son los que tienen la última palabra.
Estados Unidos fue la primera democracia liberal del mundo contemporáneo. 237 años después, la elección del presidente mantiene la idea inicial de los padres fundadores. Una metodología única en el mundo que para muchos es un sistema que ha quedado desfasado respecto a otras democracias occidentales.
Aunque todos los estadunidenses registrados pueden participar en la votación, el presidente es escogido por 538 delegados del Colegio Electoral mediante voto indirecto.
La cantidad representa los asientos de la Cámara de Representantes (435), del Senado (100) y del distrito de Columbia (3). El número de delegados que tiene cada estado depende del tamaño de población de cada uno.
¿Cómo votan los delegados al presidente?
Cada estado tiene su propia votación. En 48 estados y en el distrito de Columbia, el voto popular decide para qué candidato van los delegados. El ganador se lleva todos los delegados en disputa, sin importar la diferencia de votos entre los dos candidatos. Esto, a diferencia de los sistemas proporcionales.
Los estados de Maine y Nebraska dividen sus votos: dos delegados son para el ganador del voto popular; los restantes se otorgan a los ganadores de cada distrito interno.
¿Cómo se escogen los delegados?
Cada cuatro años los partidos políticos escogen sus delegados electorales. Suelen decidirse durante las convenciones, aunque la forma de elección cambia según el estado. Los delegados acostumbran a ser legisladores estatales, líderes del partido y donantes. Tras las elecciones presidenciales respetan la decisión del voto popular, aunque podrían no hacerlo.
¿Qué necesita un candidato para ganar las elecciones?
Para lograr la presidencia: Kamala Harris o Donald Trump necesitan 270 delegados.
El resultado se suele conocer el mismo 5 de noviembre, pero el Colegio Electoral formaliza sus votos a mediados de diciembre. Estos se envían al Congreso, donde, en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes, el 6 de enero, cuentan y certifican los votos. El 20 de enero es la proclamación presidencial en las escaleras del Capitolio.
En caso de empate a 269, se resuelve en una elección contingente: el presidente es elegido por la Cámara de Representantes y el vicepresidente por el Senado. Una situación que no ocurre desde 1837.
Colegio Electoral, un sistema histórico, pero cuestionado
El Colegio Electoral, fusión entre el voto popular y el poder estatal, aparece en la Constitución de Estados Unidos en el artículo dos, sección primera, cláusula segunda. Su origen data de 1787, año que da origen a la democracia estadounidense.
En 1815 y 1969, el Congreso bloqueó el cambio a voto popular, tras iniciativas legislativas del Partido Demócrata. El 61% de los estadunidenses rechazan el actual sistema. Pero si se centra la pregunta en los partidos: el 81% de los demócratas piden cambio, por solo un 23% de los republicanos.
¿Cuáles son las críticas al Colegio Electoral?
Para algunos críticos el Colegio Electoral da una ventaja desleal a los estados con un número amplio de delegados: si un partido gana los 11 principales estados podría vencer las elecciones, aunque no reciba un solo voto en los demás estados.
Otros consideran que protege a los estados pequeños, del sur y tradicionalmente republicanos, donde los delegados representan a muchas menos personas que en los estados más grandes. Es decir, los estados menos poblados suelen estar sobrerrepresentados en el Colegio Electoral.
Se puede ser presidente sin ganar el voto popular
En los comicios del año 2000 ganó el republicano George W. Bush frente al demócrata Al Gore. En el año 2016 venció el republicano Donald Trump frente a la demócrata Hillary Clinton. La particularidad de esos comicios es que los demócratas ganaron en voto popular, pero los republicanos tuvieron más delegados al ganar más estados.
La importancia de los estados péndulo
En el año 2020 el demócrata Joe Biden ganó por más de siete millones de votos a Donald Trump. Sin embargo, esa diferencia no fue tal en los estados clave.
Biden logró ganar Arizona, Georgia, Pensilvania y Wisconsin consiguiendo en esos estados 57 delegados, pero la diferencia total de votos fue de 124 mil 365. Un mínimo cambio de tendencia en esos estados podría haber dado la victoria a Trump, por grande que hubiera sido la distancia en voto popular.
¿Qué es un estado péndulo?
Muchos de los estados en Estados Unidos tienen una tendencia clara: son demócratas o republicanos. Otros, son disputados, y pueden cambiar en cada elección. Son los llamados estados péndulo. No siempre han sido los mismos, han ido variando con el tiempo, según las particularidades políticas y demográficas de cada estado.
Actualmente, hay siete estados péndulos: Florida, Pensilvania, Wisconsin, Ohio, Carolina del Norte, Arizona y Michigan. Son los estados donde los candidatos dedican todos sus esfuerzos de campaña para ganar las elecciones.
Los demócratas rara vez hacen campaña en Nueva York, donde suelen ganar. Mientras los republicanos no suelen dedicar sus esfuerzos en Alabama, pues la victoria está asegurada.
¿Qué más se vota el 5 de noviembre?
Además del presidente, el 5 de noviembre se escogerá un tercio del Senado: 33 miembros en elecciones regulares, además de dos comicios especiales: en Nebraska, por una renuncia, y en California por fallecimiento. El mandato de los senadores es de seis años.
También se votará por una nueva Cámara de Representantes, con una renovación completa de los 435 miembros. Actualmente, los demócratas tienen 51 senadores frente a 49 de los republicanos. En la Cámara de Representantes, los republicanos tienen 222 asientos por 213 de los demócratas. Por último, se disputarán 11 gobernaciones y más de 5.000 escaños en legislaturas estatales.
(Proceso)