¿Y si Claudia Sheinbaum hiciera lo mismo que Zedillo?
Víctor Fonseca Jacques
“Al entonces presidente Ernesto Zedillo no le tembló la mano para cerrar, el 1 de enero de 1995 y durante un mes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, mediante la figura de jubilación inmediata, separar de su cargo a sus 26 ministros.
“Sucedió en 26 días: el primer mandatario firmó la iniciativa y promulgó las reformas a 20 artículos constitucionales aprobadas por senadores, diputados y la mayoría de los congresos locales, cuya génesis tomó 52 días (del 5 de diciembre de 1994 al 26 de enero de 1995).
“Entonces no se escucharon las expresiones corrupción, tráfico de influencias, compadrazgos, plagio de tesis, liberación judicial de cuentas bloqueadas a narcotraficantes y sus cómplices, o algo por el estilo.
“El argumento formal fue: es una respuesta a la exigencia ciudadana de una mejor impartición de justicia. La interpretación generalizada fue: Zedillo no quiere una Corte integrada por ministros nombrados por los expresidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari”, escribió Guillermo Mora Tavares.
Hoy, en el colmo de la desfachatez y el cinismo, todos aquellos que en su momento aceptaron a boca cerrada la postura presidencial, hoy se desgañitan y desgarran las vestiduras tratando de desvirtuar lo que es un hecho enmarcado ya en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. ¡Y exigen respeto a la ley!
No entienden que no entienden.
No aceptan ni reconocen que hoy México está viviendo otro tipo de ejercicio de gobierno, diametralmente distinto al que se caracterizó por enriquecer impunemente a políticos ladrones en medio de los irrefrenables índices de corrupción descarada.
No entienden que para que la gente los vuelva a llevar electoralmente de regreso al gobierno, tienen que ponerse a trabajar. No saben cómo hacerlo. Están desubicados, descontrolados, hasta con síntomas de esquizofrenia.
Creen que pisotear gente es la única forma de hacer las cosas, y lo peor de todo, es que ni siquiera se quieren dar cuenta de que se siguen hundiendo… solitos!
Acápite: Mis respetos para quienes, desde la oposición, no comparten las formas que ha asumido ésta para comportarse como tal.
Son aquellos que, en su momento, dentro del ejercicio de gobierno y vida partidista, sin cambiar de color, se han mantenido sin mancha.
Porque sí los hay.