PAN: Renovarse o morir
Por: Víctor Fonseca Jacques
Los adversarios del senador del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortez, reaccionaron con algo de sorpresa a la entrevista que hace unos días le realizó influyente medio de comunicación en México, en la que el polémico político y derrotado ex candidato a la Presidencia reconoció que su partido requiere urgentemente de una renovación interna si es que pretende sobrevivir.
En la plática, Anaya Cortez hizo revelaciones que molestaron a los mismos panistas que le han seguido el juego perverso al ya depuesto Marco Cortez Mendoza, al hacer “una fuerte advertencia sobre el futuro del partido”, dice la nota, señalando que “si el PAN no realiza una apertura radical hacia la ciudadanía ni modifica sus estatutos, podría volverse irrelevante en el panorama político de México”, cuestionó.
Según Anaya Cortez, el partido azul pasaba en esos momentos en lo que se percibía su mayor dilema: renovarse o morir. Y la renovación no significa únicamente quitar a un dirigente para poner a otro.
Las palabras de Anaya Cortez, si bien se pronunciaron poco antes de que se dejara venir el cambio en la dirigencia nacional del partido, dejan entrever que, aún con este proceso que permitió la llegada de Jorge Romero Herrera, no han terminado las divisiones internas, las que han provocado una importante desbandada dentro de la militancia, y con ello más dolorosos golpes al interior de dicha organización.
No hay que olvidar que Acción Nacional está en riesgo de perder su registro como partido político nacional precisamente por la notoria disminución en su militancia. Actualmente, cuenta con poco más de 270 mil miembros, cifra ligeramente superior a lo permitido por las normas electorales, y hasta el momento, el nuevo dirigente no ha mostrado un discurso a través del cual el partido que hoy representa pueda remontar sus propias cifras.
Sólo advierte que vienen a ganar elecciones, pero no ha dicho si con esa cantidad de militantes o de alguna otra mágica estrategia.
Por cierto, de esa cantidad de militantes, apenas un endeble 40 por ciento participó en el proceso electoral reciente para el cambio de dirigencia nacional. El panista común, en estos momentos, está desmoralizado y muy desalentado… si es que no buscaron ya otra alternativa en Morena, que es para donde todos arrancan en estos momentos.
Valdría también la pena reflexionar: ¿cuántos de ese restante por ciento que no votó estará coqueteando en estos momentos con el partido guinda?
Si el nuevo dirigente mantiene la política bravucona, abusiva y evidentemente corrupta de Marko Cortez, si continúa con ese disparatado discurso que no los ubica como una oposición seria y constructiva, si mantienen la línea del ataque antes que la reconstrucción interna tan urgente, y sobre todo si el nuevo dirigente no limpia la imagen que se ganó por su relación con el llamado “cartel inmobiliario”, las palabras de Anaya Cortez podrían resultar proféticas.