El adiós del Presidente… y el amor del pueblo.

Véase las palabras que le dedica Claudia Sheinbaum a Andrés Manuel López Obrador:

“Da orgullo decir que usted está entre los grandes y que para millones de mexicanos y mexicanas es el mejor presidente que ha tenido nuestro país”.

La presidenta lo deja bien preciso:

-López Obrador deja un nuevo modelo económico, las bases de un nuevo Poder Judicial, los cimientos de un nuevo pensamiento. Y algo hermoso: Un pueblo politizado, alegre, que sabe de su fuerza y de su historia, un pueblo que sabe que salvó al pueblo de México-

Cuando uno escucha o lee estas palabras de una presidenta de la República sobre un líder, por fuerza reflexiona: ¿En serio se va?

¿Acaso se jubilaron los grandes líderes revolucionarios que escasamente han parido algunos países en el mundo?

¡Jamás!

Conclusión: Seguramente ya se piensa la forma de mantener esa comunicación, asesoría u orientación del creador de la Cuarta Transformación…

… del mexicano venido de abajo, de las clases medias bajas en Tabasco, que logró llegar a Presidente y cortar de tajo el asalto que algunos empresarios y políticos cómplices cometían, en forma permanente, contra las finanzas públicas.

Cuando en el país no había dinero… porque los citados ladrones saqueaban al gusto las finanzas del Estado.

¿Cómo olvidar las acusaciones contra Miguel de la Madrid, de sacar al extranjero a una supuesta cuenta privada 100 millones de dólares, con apenas tres meses en la Presidencia de la República?

¿Cómo olvidar, el descarado lujo del salinato, Carlos Salinas y el descaro de vender al mejor postor los bienes públicos y manejar a su antojo una “partida secreta” en la Presidencia?

¿Cómo olvidar a ese grupo mafioso que asesinó al sonorense, Luis Donaldo Colosio Murrieta?

¿O la infame burla y humillación del sexenio que presidió Ernesto Zedillo, que ante el fracaso corruptor de los empresarios compradores de la banca y su quiebre, gustoso el Presidente fue y los “rescató” a costa de los impuestos de varias generaciones de mexicanos?

-Sí, ese sujeto que recién vino a México a invitación de sus amigos ricos a hablar contra Andrés Manuel López Obrador… sí, precisamente contra el presidente que termina su sexenio con una popularidad de casi el 80 por ciento… a hablar de un Presidente a quien el pueblo le demuestra su afecto y su amor en cada evento, en cada acto público.

Se necesita ser un imbécil o estar tonto para cometer tales pifias.

Casi al final de su sexenio, el fifí Enrique Peña Nieto se quejó ante López Obrador de haber sido utilizado, y despreciado después, por la élite empresarial del país.

¡Pues lo mismo le pasó a Zedillo!… ¡Anda ve y sirve de algo!… “Inútil”, dijera la Paquita del Barrio.

Con Andrés Manuel no pudieron.

Cierto, le ganaron algunas batallas, con fraudes electorales, con campañas manipuladoras: “Es un peligro para México” y demás infamias… pero al final, resultó imposible detener al pueblo (“al tigre”, se ufana el líder) que lo puso en la Presidencia, quisieran o no los que se creían dueños del país.

Claro, no querían que llegara al poder alguien que no era de ellos, que carece de “pinta” aburguesada, que no sabe de “moditos” fifí… que jamás tuvo el modo de vida rico y egoísta…

Y así fue:

Reorientó el presupuesto, fortaleció y amplió la distribución del presupuesto nacional, hizo realidad su frase: “Por el bien de todos, primero los pobres”.

Y logró la hazaña:

¡Más de nueve millones de mexicanos dejaron la pobreza en un sexenio!

Para lograrlo, Andrés Manuel cortó de tajo el saqueó que los corruptos cometían en Palacio Nacional… ¿Qué si por eso lo odian?… ¡Le derecha lo aborrece!

Sí, pero el pueblo lo ama.

Él lo sabe, es difícil de ocultar… pero ya se va Andrés Manuel, se va el líder.

¡Que le vaya bien Señor Presidente!

Hasta pronto